SAN JOSEMARÍA ESCRIVÁ Y SOR LUCÍA DE JESUS//St. JOSEMARÍA ESCRIVA AND SISTER LUCIA OF JESUS
Para saber cómo pudo ser el
encuentro entre San Josemaría, fundador del Opus Dei y Lucía de Jesús Rosa dos
Santos, una de las pastorcillas de Fátima,
tenemos que Shama (escuchar) lo que
comenta Hugo de Acevedo en la revista del Instituto Storico de San Josemaría de
Roma, en el volumen I de Studia et Documenta del año 2007.
San Josemaría, acompañado por
Álvaro del Portillo (que sería después su sucesor) realizaron una visita a la
diócesis española de Tui-Vigo, de la que era titular el obispo José López Ortiz
y en la que estuvo presente su secretario Eliodoro Gil Rivera, que se había
ordenado sacerdote en 1927, un año antes de que la Obra fuese aprobada.
Por aquella época Sor Lúcia,
estaba en España. Ella llegó a Tui el 25 de octubre de 1925, aunque al día
siguiente fue trasladada a Pontevedra, pues en ambas localidades, la Orden
Dorotea, en la que la pastorcilla era postulante, tenía su colegio. Desde esa fecha hasta el 16 de mayo de 1946,
que regresó a Portugal, estuvo a caballo entre los dos colegios el de Tui y
Pontevedra.
El 3 de febrero de 1945, cuando San Josemaría y el Beato Álvaro del Portillo, van
Una vez en su presencia, las
primeras palabras que el santo dirigió a Lucía fueron: - Hermana, si usted o yo
no somos santos, estamos metidos de cabeza en el infierno.
A lo que Lucía le contestó: -Si
Padre, eso mismo he pensado yo muchas veces.
Ellos se sabían destinados a
llevar a cabo una misión celestial, que conllevaba al mismo tiempo, su propia
santidad personal, para poder llevar a su vez muchas almas al cielo.
San Josemaría le comentó los
pormenores del Opus Dei y le explicó su deseo de querer empezar la expansión
internacional en Francia. Antes de retirarse, Lucía le animó a que empezase por
Portugal.
El Padre, le contestó que eso
tendría que esperar, pues ni él ni el beato Álvaro, poseían el visado para ir a
Portugal.
Lucía le dijo: - Si todo el problema es el visado, yo se lo puedo arreglar bastante rápidamente. Efectivamente el 5 de febrero, tanto san Josemaría como el beato
Antes de pasar al país vecino, el
Padre le preguntó a Lucía si deseaba que le llevasen alguna cosa a su familita,
esta contestó que si quería le podría llevar unos panecillos que muy del agrado
de sus primogenitores.
El 5 de febrero un vehículo, que
aparte del conductor, llevaba a San Josemaría, a don Álvaro, a don José y a don
Eliodoro, cruzaba la frontera por Valença do Mihno.
El objetivo marcado desde la
salida era reunirse con algún obispo, visitar Fátima y entregar los panecillos
a los familiares de Lúcia.
Eliodoro y el Padre, se conocían
desde 1931 y entablaron una amistad, que les mantuvo muy unidos toda la vida.
En Portugal, se entrevistaron con
el obispo de Leiria José Alves Correia da Silva y el canónigo Joao Pereira
Venancio, que sería más tarde a su vez, obispo de Leiria. A quienes les
comentaron en que consistía la Obra, “la santificación en medio del mundo”.
Después fueron a ver a los
familiares de Lucía, a quienes, respetando el deseo de la Pastorcilla,
entregaron los panecillos, que habían traído desde Tui. La madre de Jacinta y
de Francisco, cuando vio al obispo de Tui, le comentó a su secretario Eliodoro:
- O senhor bispo é tan feio!!! La
expresión fue escuchada por los otros y el Padre, no pudo contener la risa,
contagiando a los demás, menos al aludido, que parece que no le causó mucha
gracia la cosa.
En Fátima pudieron visitar a
Capelinha, allí según cuenta el autor del artículo de Studia et Documenta, le
pidieron que hiciese el prólogo de la tercera edición del libro: “El Rosario”
en la que el Padre escribió:
-Como en otros tiempos lo fue
-Lepanto- el Rosario debe ser hoy un arma poderosa para vencer a los enemigos
de la Santa Iglesia Romana y desagraviar al Señor. Ensalza con las palabras
salidas de tu boca a su Madre, haciendo la reparación que nos pide el Señor. Me
hago eco de las palabras de Soberano Pontífice dirigidas a su Guardia el 31 de
diciembre de 1944: La hostilidad de los enemigos de Cristo y de su Iglesia,
reflejados en los asaltos vehementes, calumnias venenosas, cautas
insinuaciones, vagos rumores y escondiéndose en anónimos alegatos, que terminan
sorprendiendo la fe de algunos cristianos. Su lengua hiere más que las saetas,
para reflejar a Jeremías (IX-8) Ojalá sepas y quieras curar esas heridas, con
una admirable devoción mariana y con caridad vigilante.
Fátima 6 de febrero de 1945
Josemaría Escrivá de Balaguer
Esta visita quedo reflejada en la
“Voz de Fátima” conservada la reseña en el archivo del Santuario. Señalando con
ello, que San Josemaría, fue el primer peregrino que de forma oficial subió a
los altares.
JOSE MOORE
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St. Josemaría, accompanied by Álvaro del
Portillo (who would later be his successor), made a visit to the Spanish
diocese of Tui-Vigo, of which Bishop José López Ortiz was titular and in which
his secretary Eliodoro Gil Rivera, who had been ordained a priest in 1927, a
year before the Work was approved, was present.
At that time Sister Lúcia was in Spain. She
arrived in Tui on October 25, 1925, although the next day she was transferred
to Pontevedra, because in both towns, the Dorotea Order, in which the
shepherdess was a postulant, had its school.
From that date until May 16, 1946, when he returned to Portugal, he
straddled the two schools of Tui and Pontevedra.
On February 3, 1945, when St. Josemaría and
Blessed Álvaro del Portillo went to Tui, the shepherdess was in the convent
center of the town, something that the bishop knew well, so at a given moment
he offered her the opportunity to visit the College and to have a meeting with
Sister Lucia. to which the Father's
answer was not long in coming: "Nothing would make me happier."
Once in her presence, the first words that the
saint addressed to Lucia were: - Sister, if you or I are not saints, we are
plunged headlong into hell.
To which Lucia replied: "Yes, Father, I
have thought the same thing many times.
They knew they were destined to carry out a
heavenly mission, which at the same time entailed their own personal holiness,
in order to be able to take many souls to heaven.
St. Josemaría told him the details of Opus Dei
and explained his desire to begin international expansion in France. Before
retiring, Lucía encouraged him to start in Portugal.
The Father replied that this would have to wait, since neither he nor Blessed Álvaro had a visa
to go to Portugal. Lucia told him: - If the whole problem is the visa, I can fix it for you quite quickly. In fact, on February 5, both St. Josemaría and Blessed Álvaro had in their possession a visa to be able to visit Portugal.
Before going to the neighboring country, the
Father asked Lucia if she wanted something to be brought to her family, she
replied that if she wanted she could bring her some rolls that were very much
to the liking of her first-born.
On February 5, a vehicle, which apart from the
driver, was carrying St. Josemaría, Don Álvaro, Don José, and Don Eliodoro,
crossed the border through Valença do Mihno.
The objective set from the departure was to
meet with a bishop, visit Fatima and deliver the rolls to Lúcia's relatives.
Eliodoro and Father had known each other since
1931 and established a friendship, which kept them very close throughout their
lives.
In Portugal, they met with the bishop of Leiria
José Alves Correia da Silva and the canon Joao Pereira Venancio, who would
later become bishop of Leiria. To whom they commented what the Work consisted
of, "sanctification in the midst of the world."
Then they went to see Lucia's relatives, to
whom, respecting the wish of the Shepherdess, they delivered the rolls, which
they had brought from Tui. The mother of Jacinta and Francisco, when she saw
the bishop of Tui, commented to her secretary Eliodoro: "O senhor bispo é
tan feo!! The expression was heard by
the others and the Father could not contain his laughter, infecting the others,
except the one alluded to, who seems not to have been very amused by the thing.
In Fatima they were able to visit Capelinha, there, according to the author of the article in Studia et Documenta, they asked him to write the prologue to the third edition of the book: "The Rosary" in which Father wrote:
As it was in other times, the Rosary must be
today a powerful weapon to defeat the enemies of the Holy Roman Church and to
make amends to the Lord. Praise his Mother with the words that come from your
mouth, making the reparation that the Lord asks of us. I echo the words of the
Sovereign Pontiff addressed to his Guard on December 31, 1944: The hostility of
the enemies of Christ and of his Church, reflected in vehement assaults,
poisonous slanders, cautious insinuations, vague rumors and hiding in anonymous
allegations, which end up surprising the faith of some Christians. His tongue
hurts more than the arrows, to reflect Jeremiah (IX-8) May you know and want to
heal those wounds, with admirable Marian devotion and vigilant charity.
Fatima, February 6, 1945, Josemaría Escrivá de
Balaguer
This visit was reflected in the "Voice of
Fatima" preserved in the archive of the Shrine. He pointed out that St.
Josemaría was the first pilgrim who officially climbed the altars.
JOSE MOORE
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