ACTO A LOS CAIDOS Y TOQUE DE ORACIÓN//ACT TO THE FALLEN AND CALL OF PRAYER (TAPS)
La TAPS (Trumpet Army Player Silence) es un emotivo toque de trompeta militar norteamericano, que señala el fin de las actividades militares en Estados Unidos, que también puede usarse para rendir homenaje a los caídos.
En las Bases, Cuarteles, Buques y otras instalaciones militares de España se realiza diariamente el toque de oración, el cual tiene lugar inmediatamente después del arriado de bandera, que varía a lo largo del año, en función de la hora de puesta del astro rey. Durante este toque, el piquete de honores, se coloca mirando hacia el oeste, lugar por donde el sol se marcha a dormir.
El toque de oración es usado a su vez también como rendimiento a los caídos por la Patria, durante todos los actos y paradas militares. La noche había caído sobre ambos
campamentos y en el tenso silencio, el citado capitán escuchó los quejidos de un herido, el capitán se arrastró hacia el hombre y como pudo arriesgándose
a recibir un disparo, pudo arrastrarlo a su campamento, fue un esfuerzo inútil,
pues en durante el traslado el soldado exhaló su último suspiro.
Una vez que estaba a cubierto, alumbró con una luz y pudo comprobar que se trataba de un soldado confederado del sur, al instante se le heló la sangre de las venas, al comprobar que se trataba de su propio hijo. Al que había mandado a estudiar a una ciudad del Sur, donde le sorprendió la guerra. El muchacho se enroló en el ejército confederado. Algo que el capitán ignoraba por completo.
A la mañana siguiente, el capitán Elly solicitó a sus superiores, poder enterrar a su hijo como un soldado, aunque estuviese en el bando contrario. Su general, le dijo que como excepción por tratarse de su hijo, le autorizaba, pero el acto no sería amenizado por la banda de la Unidad, que tratándose de un soldado del otro bando, solo le concedían un trompeta para tocar una melodía. Dando origen a la melodía TAPS, a la que posteriormente se le hicieron arreglos musicales y se añadió la siguiente letra:
The day is over. The sun went away of the lakes, of the
hills. Of the heavens. It's all
right. Rest protected. God is near.
Acknowledgements and praise for our days, under
the sun, under the stars, under the sky.
So, we are going. We know this. God is near.
Remember fondly to those who did not return of
war. Pray a prayer for the soldiers
from all over the world who gave their lives in
it
Que viene a decir:
El día se ha ido. El sol se fue
de los lagos, colinas y del cielo, todo está bien, descansa estás protegido, Dios
está cerca.
Agradecimientos y alabanzas por
el día, bajo el sol, las estrellas y el cielo.
Ahí vamos. Dios está cerca.
Recuerda con cariño a los que no volvieron de la guerra.
Eleva una oración por los soldados de todo el mundo que
entregaron sus vidas en ella.
Volviendo a España, un sacerdote llamado Cesareo Garabain Azumendi (16-05-1936/30-04-1991) apasionado músico y compositor, entre sus obras compuso “La muerte no es,el final”. Que se entonó por vez primera en un cuartel en 1982, con motivo de un acto castrense celebrado en el Regimiento de Cazadores de Montaña “América 66”
El 1 de mayo de 1998, en la
localidad de Domanovici cerca de Medjugore (Bosnia) falleció, en un accidente
de circulación, el Sargento 1º de Caballería, Santiago Arranz Gonzalo, durante
su funeral y de forma espontánea sus compañeros, cantaron la melodía de “La
muerte no es el final”
En el transcurso de un funeral en
Pamplona, al que asistió el general de división José María Saénz de Tejada,
escuchó la canción, y pensó que sería bueno, adaptarla a los actos militares de
homenaje a nuestros caídos. Propuso al comandante Músico, Tomás Asiain Magaña,
hacer los arreglos oportunos, para poder interpretarla en los actos militares de homenaje
por los caídos en combate. El comandante la presentó el 21 de junio de 1983 en
el VI Festival de Música de las FAS, celebrado en Pamplona, con participación
de diversas bandas militares españolas por lo que se popularizó en los actos canstrenses. Hoy se canta también en los funerales
civiles, la letra adaptada dice así:
Cuando la pena nos alcanza/Por un
compañero perdido;
Cuando el adiós dolorido/ Busca
en la Fe la esperanza
En tu palabra confiamos/ Con la
certeza que Tú
Ya le has devuelto a la vida/Ya
le has llevado a la luz,
Ya le has devuelto a la vida /Ya
le has llevado a la luz.
La legión está excluida de este
himno, ya que, por tradición, desde casi su fundación, entona la de “Los novios
de la muerte”. Al tiempo que portan la cruz del Cristo de la “Buena Muerte”.
Si bien en cada vez más actos, se
canta este himno, en los otros ejércitos, aunque apliquen alguna variante.
El Ejército de Tierra la
institucionalizó durante el mandato del ministro Narcís Serra i Serra, para
este momento específico en las formaciones, con diversas secuencias, en el
momento actual, los guiones y banderines que forman parte del piquete de honores
se dirigen a paso ordinario hasta un punto de reunión, desde el que tras
recitarse un poema salen a paso lento hasta el monolito, entonando la canción.
Antes del canto se recita por el relator el poema “Lo demandó el Honor” que es atribuido al requeté burgalés Martín Guerrero Hernando, publicado en 1943 con motivo del Día de los Mártires de la Tradición, cuya letra con algunas variantes dice:
<<Lo demandó el Honor y
obedecieron;/lo requirió el Deber y lo acataron;/ con su sangre la empresa
rubricaron/ con su esfuerzo, la Patria engrandecieron. /Fueron grandes y
fuertes, porque fueron/fieles al juramento que empeñaron. /Por eso como valientes
lucharon, /y como mártires murieron. / Inmolarse por Dios fue su
destino;/salvar a España, su pasión entera;/ servir en los ejércitos, su
vocación y sino./ No supieron querer otra bandera,/no supieron andar otro
camino;/¡no supieron morir de otra manera!>>
Plegaria del Páter
Terminado el traslado de guiones, banderines y corona a paso lento entonando
la citada canción, diseñada para que, con la última estrofa, estén a pie del monolito, el Páter eleva la siguiente plegaria:<< El Señor de la Vida y la
Esperanza, Fuente de Salvación y Paz Eterna, le conceda la vida que no acaba en
feliz recompensa por su entrega, que así sea>>.
Se deposita la corona de laurel
que según las circunstancias del Acto, puede ser realizado, por los propios
soldados que la portaron o por dos Autoridades presentes y le sigue el toque de
oración con inclinación de los guiones y banderines, mientras el resto de la
formación, permanece en primer tiempo de saludo, con el arma presentada
(Artillería en sus actos, por gracia especial, en lugar de arma en presente, lo
realiza con arma sobre el hombro), termina el toque de oración, con una
descarga de fusilería por parte de la Sección de Honores, tras lo cual regresan
a formación a paso ordinario.
José Moore
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The TAPS (Trumpet Army Player Silence) is an emotional American military trumpet blast, signaling the end of military activities in the United States, which can also be used to pay tribute to the fallen.
In the Bases, Barracks, Ships and other military installations of Spain, the bell of prayer is made daily, which takes place immediately after the lowering of the flag, which varies throughout the year, depending on the time of sunset. During this ringing, the picket of honors is placed facing west, where the sun goes to sleep.
The prayer call is also used as a tribute to those who have fallen for the Homeland, during all military acts and parades.
The end of the military day is marked by the sound of silence, which is usually one hour before midnight (11:00 p.m.)
Returning to the theme of the TAPS melody, the composition of the same is attributed to the
general of the US Army, belonging to the Union, Daniel Butterfield (31-10-1831/17-07-1901), who took part in the Civil War, based on an emotional story, which occurred during this cruel civil war. In the midst of the Northern campaign against the South, forces from both sides were entrenched in the Harrison area (Virginia). Among the Northern troops, Captain Robert Elly commanded a company.Night had fallen over both camps and in the tense silence, the aforementioned captain listened to the groans of a wounded man, the captain crawled towards the man and as he could risk being shot, he was able to drag him to his camp, it was a useless effort, because during the transfer the soldier breathed his last.
The next morning, Captain Elly asked his superiors to be able to bury his son as a soldier, even if he was on the opposite side. His general told him that as an exception because it was his son, he authorized it, but the act would not be enlivened by the band of the Unit, which being a soldier from the other side, only
granted him a trumpet to play a melody. Giving rise to the melody TAPS, to which musical arrangements were later made and the following lyrics were added:The day is over. The sun went away of the lakes, of the hills. Of the heavens. It's all right. Rest protected. God is near.
Acknowledgements and praise for our days, under the sun, under the stars, under the sky.
So, we are going. We know this. God is near.
Remember fondly to those who did not return of war. Pray a prayer for the soldiers
from all over the world who gave their lives in it
Que viene a decir:
El día se ha ido. El sol se fue de los lagos, colinas y del cielo, todo está bien, descansa estás protegido, Dios está cerca.
Agradecimientos y alabanzas por el día, bajo el sol, las estrellas y el cielo.
Ahí vamos. Dios está cerca.
Recuerda con cariño a los que no volvieron de la guerra.
Eleva una oración por los soldados de todo el mundo que entregaron sus vidas en ella.
Returning to Spain, a priest named Cesareo Garabain Azumendi (16-05-1936/30-04-1991) passionate musician and composer, among his works composed "La muerte no es, el final". It was sung for the first time in a barracks in 1982, on the occasion of a military ceremony held in the Mountain Hunters Regiment "América 66"
On May 1, 1998, in the town of Domanovici near Medjugore (Bosnia), the 1st Cavalry Sergeant, Santiago Arranz Gonzalo, died in a traffic accident during his funeral and spontaneously his companions sang the melody of "Death is not the end"
During a funeral in Pamplona, attended by Major General José María Saénz de Tejada, he heard the song, and thought it would be good to adapt it to the military acts of homage to our fallen. He proposed to the Musician Commander, Tomás Asiain Magaña, to make the appropriate arrangements, to be able to perform it in the military acts of homage for the fallen in combat. The commander presented it on June 21, 1983 at the VI Music Festival of the Armed Forces, held in Pamplona, with the participation of various Spanish military bands, so it became popular in the Cantran events. Today it is also sung at civil funerals, the adapted lyrics read as follows:
When grief reaches us/For a lost companion;
When the sorrowful goodbye / Seek hope in Faith
In Your Word we trust/ With the certainty that You
You've already brought him back to life/You've already brought him to the light,
You have already brought him back to life / You have already brought him to the light.
The legion is excluded from this hymn, since, by tradition, since almost its foundation, it sings "The Bridegroom of Death". At the same time they carry the cross of the Christ of the "Good Death".
Although this anthem is sung in more and more acts, in the other armies, although they apply some variation.
The Army institutionalized it during the mandate of Minister Narcís Serra i Serra, for this specific moment in the formations, with various sequences, at the present time, the scripts and pennants that are part of the picket of honors go at an ordinary pace to a meeting point, from which after reciting a poem they leave at a slow pace to the monolith, singing the song.
Before the song, the narrator recites the poem "Lo demandó el Honor" which is attributed to the Burgos requeté Martín Guerrero Hernando, published in 1943 on the occasion of the Day of the Martyrs of Tradition, whose lyrics with some variants say:
<<Honor demanded it and they obeyed;/ Duty required it and they complied with it;/ with their blood they signed the enterprise/ with their effort, they made the
Homeland great. / They were great and strong, because they were / faithful to the oath they pledged. / That is why they fought as brave men, / and as martyrs they died. / To immolate themselves for God was their destiny;/ to save Spain, their entire passion;/ to serve in the armies, their vocation and fate./ They did not know how to want another flag,/ they did not know how to walk another path;/ they did not know how to die in any other way!>>
Prayer of the Patron
After the transfer of scripts, pennants and crown at a slow pace singing the aforementioned song, designed so that, with the last stanza, they are at the foot of the monolith, the Pater raises the following prayer:
<< El Señor de la Vida y la Esperanza, Fuente de Salvación y Paz Eterna, le conceda la vida que no acaba en feliz recompensa por su entrega, que así sea>>.
The laurel wreath is deposited which, depending on the circumstances of the Act, can be carried out by the soldiers themselves who carried it or by two Authorities present and is followed by the sound of prayer with the bowing of the scripts and pennants, while the rest of the formation remains in the first salute time, with the weapon presented (Artillery in its acts, by special grace, instead of a weapon in the present tense, he performs it with a weapon on his shoulder), the prayer call ends, with a rifle discharge by the Honors Section, after which they return to formation at an ordinary pace.
José Moore
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