ANÉCDOTA DEPORTIVA EN IRLANDA//SPORTS ANECDOTE IN IRELAND.
Cierto día un amigo y a la par compañero de trabajo, me llamó por teléfono, para comunicarme que había una beca, para realizar un determinado curso en Dublín la
Un mes después recibí la grata
noticia que estaba admitido y me comunicaban la fecha en que debería partir en
un vuelo desde Madrid.
El día y hora señalados volé a
Irlanda, en menos de tres horas, aterrizábamos en el aeropuerto de Dublín, como
me diría un militar del ejército irlandés, nosotros somos prácticos, no le
ponemos nombres a los aeropuertos, así como el de Madrid se llama “Adolfo
Suarez”, el de Paris “Charles de Gaulle” o el de Nueva York “John
Fitzgerald Kennedy”. Consideramos más barato y cómodo, poner el de la
ciudad, porque si hay un cambio político, no tenemos que después sacar las
letras y poner otras de otro personaje. La verdad es que tenía toda la razón.
Sabía que me esperarían en el
vestíbulo una persona con el cartel donde figuraría mi nombre. Efectivamente
una alta mujer de mediana edad, cabellos pelirrojos y ojos azules como el cielo
en un nítido día de verano, estaba frente a la puerta de salida, con un cartel
de cartón que elevaba donde rezaba: JOSE MOORE SP. Me choco el cambio de la segunda
vocal del apellido, una “O” en lugar de la “U”, no obstante, con el tiempo adquirí
esa forma de escribir el apellido, para ciertas expresiones artísticas.
Me acerqué preguntando, en mi rudimentario nivel de inglés, si era la persona que
Durante el trayecto,
intercambiamos algunas palabras, pero como cuando siempre que hago al llegar a
un lugar nuevo para mi (este lo era), trato de grabar en la retina todo lo que
veo.
Ese día era un jueves, en teoría
el curso empezaría al día siguiente, pero era festivo nacional, por lo que el
matrimonio de la familia, que me acogería durante el curso, dedico la tarde a
mostrarme, donde era el Centro (L.S.B. College) en el que lo iba a realizar,
que autobús debería tomar y los horarios de las clases, que ya la dirección de este
le había facilitado a la familia acogedora.
Como yo me interesé por un sitio
en el que poder correr, siempre que me fuese posible, me indicaron dos parques:
Phoenix y Pine Forest, el primero un parque amurallado muy hermoso con ciervos
y el segundo un frondoso bosque con pistas para correr, caminar y para
bicicletas. El segundo de ellos, más cerca de Rathfarnham el suburbio dublinés
al sur de la capital, donde se encontraba ubicada la casa de mis anfitriones.
Pero una cosa es hacer el
trayecto en coche y otra muy diferente hacerlo corriendo, así que, dado que
tenía libre el día siguiente, decidí aventurarme con Pine Forest.
Sali de la casa, tenía como
referencia un concesionario de vehículos, que estaba justo en la intercesión de
la calle y la carretera rural que subía al bosque. Un cartel metálico con una
foto de este indicaba “3 Ml To Pine Forest” pero yo inconscientemente al ir
corriendo leía 3 kilómetros, al pasar por el que señalaba 2, miré mi cronómetro
y señalaba 7 minutos 18 segundos, apreté la marcha, pero la mejora no era
sustancial al pasar por el de 1, llegué a la entrada al parque, bastante
agotado, para recuperar decidí estirar un poco.
Llevaba puesto una camiseta y un pantalón de
la selección española de atletismo, que me había regalado un amigo mío olímpico
por lo que uno de los muchos que estaba corriendo, se acercó a mi y me preguntó
si era español, le contesté afirmativamente y me invitó a acompañar al grupo
que se había parado unos metros más adelante, se presentó como Fernando, le
dije mi nombre y a la par, que no estaba seguro de estar en condiciones de
seguir su ritmo, pues subiera desde Rathfarnham a ritmo de 7 minutos por kilómetro
y que eso no era normal en mí. El joven me contestó, que no había visto bien la
distancia, no eran kilómetros lo que señalaban los rótulos sino millas, por lo
que dijo que hasta el concesionario había justo 4857 metros y a eso que le
tenía que añadir la distancia desde la casa a ese punto, eso me tranquilizó y nos
echamos unas risas a cuenta de la anécdota.
Fernando solía entrenar en Phoenix
Park y aun quedamos unas pocas veces, buen atleta y mejor estudiante, me contó
que era de Zaragoza, que había estudiado Física y Química en la Universidad Sur
de Dublín, al acabar sus estudios, le ofrecieron quedarse en el departamento de
investigación científica y que lo alternaba dando también clases de Química a
alumnos del primer año.
Un día se celebró una carrera nocturna en ese
parque y me invitaron a correrla, la carrera era pedestre y con una longitud de
7 Kilómetros, quedé muy alejado de los puestos de cabeza, ocupando la 22 plaza,
con un tiempo de 25 minutos 43 segundos, pero satisfecho pues el nivel que
había era muy alto. Una de las cosas más sorprendentes de esta carrera, en la
que tomaron parte gente de varios paises, era ver la cantidad de ciervos que
había sueltos por el parque, sin inmutarse al paso de los corredores.
Muchas anécdotas de novato tuve
en ese país, como es la experiencia de conducir por el lado derecho, donde al
ir a cambiar más de una vez buscaba la palanca en la zona de la puerta, pero
eso forma parte de otra historia.
JOSE MOORE.
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One day a friend and at the same time a co-worker, called me on the phone, to tell me that there was a scholarship, to take a certain course in Dublin, the capital of the Republic of
A month later I received the pleasant news that
I was admitted and they told me the date on which I should leave on a flight
from Madrid.
On the day and time I flew to Ireland, in less
than three hours, we landed at Dublin airport, as an Irish army soldier would
tell me, we are practical, we do not name airports, just as the one in Madrid
is called "Adolfo Suarez", the one in Paris "Charles
de Gaulle" or the one in New York "John Fitzgerald Kennedy"”.
We consider it cheaper and more comfortable, to put the one of the city,
because if there is a political change, we do not have to later take out the
letters and put others of another character. The truth is that he was
absolutely right.
I knew that a person would be waiting for me in
the lobby with the sign where my name would appear. Sure enough, a tall
middle-aged woman, with red hair and eyes as blue as the sky on a clear summer
day, was in front of the exit door, with a cardboard sign that read "JOSE
MOORE SP." I was shocked by the change of the second vowel of the surname,
an "O" instead of the "U", however, over time I acquired
that way of writing the surname, for certain artistic expressions.
I approached asking, in my rudimentary level of English, if he was the person who had to pick
During the journey, we exchanged a few words,
but as when I always do when I arrive at a new place for me (this was it), I
try to engrave in my retina everything I see.
That day was a Thursday, in theory the course
would start the next day, but it was a national holiday, so the couple of the
family, who would host me during the course, dedicated the afternoon to show
me, where the Center (L.S.B. College) was where I was going to do it, what bus
I should take and the schedules of the classes,
that the latter's management had already provided to the foster family.
As I was interested in a place where I could
run, whenever possible, I was pointed out two parks: Phoenix and Pine Forest,
the first a very beautiful walled park with deer and the second a lush forest
with running, walking and cycling tracks. The second of them, closer to
Rathfarnham, the Dublin suburb south of the capital, where my hosts' house was
located.
But it's one thing to drive and quite another
to run, so since I had the next day to spare, I decided to venture out to Pine
Forest.
I left the house, I had as a reference a car
dealership, which was right at the intercession of the street and the rural
road that went up to the forest. A metal sign with a photo of it indicated
"3 Ml To Pine Forest" but I unconsciously when I was running I read 3
kilometers, when I passed by the one that pointed 2, I looked at my stopwatch
and it pointed 7 minutes 18 seconds, I pressed the gear, but the improvement
was not substantial when passing by the 1, I arrived at the entrance to the park, Quite exhausted, to recover I decided to
stretch a little.
I was
wearing a T-shirt and pants of the Spanish athletics team, which had been given
to me by an Olympic friend of mine, so one of the many who was running,
approached me and asked me if I was Spanish, I answered affirmatively and
invited me to accompany the group that had stopped a few meters ahead, he introduced himself as Fernando, I told him
my name and at the same time, that I was not sure if I was in a position to
follow his pace, because I climbed from Rathfarnham at a pace of 7 minutes per
kilometer and that was not normal for me. The young man replied that he had not
seen the distance well, it was not kilometers that the signs indicated but
miles, so he said that it was just 4857 meters to the dealership and to that I
had to add the distance from the house to that point, that reassured me and we
had a laugh on account of the anecdote.
Fernando used to train in Phoenix Park and we
still met a few times, a good athlete and a better student, he told me that he
was from Zaragoza, that he had studied Physics and Chemistry at the South
University of Dublin, when he finished his studies, he was offered to stay in
the scientific research department and that he alternated it by also teaching
Chemistry to first-year students.
One day
a night race was held in that park and I was invited to run it, the race was
pedestrian and with a length of 7 kilometers, I was far from the leading
positions, occupying the 22nd place, with a time of 25 minutes 43 seconds, but
satisfied because the level there was very high. One of the most surprising
things about this race, in which people from several countries took part, was
to see the number of deer that were released in the park, undeterred by the
passage of the runners.
I had many anecdotes as a rookie in that
country, such as the experience of driving on the right side, where when I went
to change more than once I looked for the lever in the door area, but that is
part of another story.
JOSE MOORE.
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