LOS SINSABORES DE SOR LUCIA//SISTER LUCIA'S SORROWS

 La biografía de la Hermana María Lucía de Jesús y del Corazón Inmaculado, nombre de Lúcia Rosa dos Santos nacida en Aljustrel el 28 de marzo de 1907, esta llena de cantidad de

reveses que vivió en vida y si me apuran también de muerta.

Los santos lo son, por sus virtudes heroicas y por saber con entereza esos reveses que muchas veces de forma injusta la vida le da.

Eso lo vivió Lúcia, desde su más tierna juventud. Aquí plasmaré algunos ejemplos:

Cuando con seis años se preparaba para hacer la primera comunión, aunque superaba con creces los conocimientos del catecismo, respeto a sus compañeros, el párroco no le dejaba hacerla porque no tenía siete años todavía. Claudicó cuando un sacerdote ayudante del párroco, le hizo ver que se equivocaba con su postura. Pero los días previos derramó muchas lágrimas por ello.

Cuando con siete años, realizando los servicios de pastora, del ganado familiar, comenzó a ir al campo con las ovejas, acompañada de tres amigas María Justino, Teresa Matías y María Rosa, en la primavera de 2015, vieron por tres veces una nube sobre una encina, con forma de persona humana, ella guardó silencio, sobre ello, pero sus amigas no, preguntada en casa, ella se limitaba a decir que no sabía lo que había visto, pero aún así sus hermanas mayores se burlaban de ella, llamándole soñadora, cuando en realidad no había dicho absolutamente nada  sobre ello.

El 10 de agosto de 1917, tuvo con sus primos que presentarse ante el Administrador (Alcalde) de Ourém, quien queriendo sacarles información, los amenazó de muerte, hasta que punto iba a llegar no se sabe, pero los presos de la cárcel, si lo tomaron en serio, hasta rezaron con ellos un rosario, pero el pueblo amenazó con amotinarse contra él, por lo que los puso en libertad. Pero ellos sufrieron mucho esos días.

En 1918, su madre María Rosa, se puso enferma con alto riesgo de muerte, las hermanas la culparon injustamente, diciéndole que se había puesto tan enferma por los disgustos del tema de las Apariciones. Lúcia con gran disgusto en su corazón infantil, se fue sola a Cova de Iria y rezó de rodillas un rosario, pidiendo por la curación de su madre, cuando regresó esta se encontraba mucho mejor. Llegando a remontar la enfermedad.

Cuando se la iban a llevar el 13 de junio de 1921, para el colegio de Vilar de Porto, pasó unos días muy duros, le constaba separarse de su madre, pidió estar tres días más, así que no

hizo el traslado hasta el día 15, el primer revés, camino del asilo, es  recibir la orden de que en adelante en lugar de Lúcia se llamaría Dolores, le costó adaptarse a ese nombre, hasta el mandilón tenía bordada la inicial “L”, cuando alguien le preguntaba sobre ello, decía que se lo había pasado una vecina de una hija. Sin embargo, todo lo sufría con entereza y ofrecía el dolor al Señor. No era este solo el dolor que le causaba el nombre, la dirección del colegio le impidió presentarse a los exámenes de bachiller, aunque estaba preparada para ellos, pero como en el instituto Arcediago Van Zeller, para hacer el examen le exigían el carnet de identificación, eso suponía descubrir su identidad, motivo por el que no pudo presentarse a ellos.

Cuando el 26 de octubre de 1925, es traída a Pontevedra, como postulante a novicia Dorotea, sufre el revés de que lo hará como Hermana Auxiliar, algo que sorprendió incluso a la Madre Magalhaes, la misma superiora que había tenido en el Vilar y que sabía su verdadera identidad, pero era lo que el Consejo de Madres había decidido y se debía a la obediencia.  Al día siguiente de llegar, la pusieron a cavar en el huerto del colegio, porque como era campesina, supusieron que estaba acostumbrado a hacerlo, ella no había cogido una azada en su vida y pronto se dieron cuenta de ello, por lo que la pusieron a realizar funciones en la portería y en el comedor.

En todos y cada uno de los sinsabores ella oraba al Señor: ¡Oh, Jesús!, es por Vuestro Amor, por la conversión de los pecadores y en reparación por los pecados cometidos contra el Inmaculado Corazón de María, Vuestra Madre.

En la toma de hábito el 2 de octubre de 1928, por error le entregaron la cruz de las maestras, en lugar de otra más pequeña que entregaban a las auxiliares, pero poco tiempo después, le obligaron a devolver la cruz que le habían dado erróneamente.

En ese día tuvo varios reveses, el canónigo del Formigao, le pidió que firmase unas estampas de la Virgen de Fátima, ella no quería hacerlo, pero la superiora de Tui, le ordenó que lo hiciese, cuando la Madre Provincial, se enteró le echo una bronca, cuando ella solo había cumplido la orden dada por su Superiora. Aunque la superiora aclaró la cosa, el disgusto no acabo aquí, pues poco tiempo después se enteró que las estampas firmadas habían sido

copiadas y las estaban vendiendo en Fátima, diciendo de quien era la firma. Muchas lágrimas derramaron por ello, cuando un sacerdote, la informó de lo que estaba pasando en Fátima con las estampas.

Era por ello por lo que, cada vez ansiaba más entrar en clausura, pero todo eran obstáculos para ello. El día de los votos perpetuos como Dorotea, tuvo alegrías y dolores. Ese 3 de octubre de 1934, algunos familiares asistieron a la ceremonia, allí pudo conocer a un sobrino seminarista llamado Manuel Pereira, también a primos que no conocía, su madre también estuvo presente en la ceremonia, pero tuvo el presentimiento de que era la última vez que la vería en este mundo.  Por eso le preguntó: Madre, ¿ahora ya cree que lo que vi en Fátima era verdad? Y con tristeza escuchó de sus labios: -¡Oh, hija! No lo sé, es que me parece una cosa tan grande.

Ese día paso la tarde con su familia, pero aún le quedaba una espina por clavar, la Madre Monfalim, pidió que todas las que ese día habían profesado los votos, fuesen a reunirse con ellas, en el refectorio, la avisó otra Hermana y al entrar, la Madre Provincial, dijo despóticamente: -La Hermana “Dolores” no fue invitada esta reunión. Ella salió y se fue la capilla a rezar y ofrecer la ofensa recibida en sufragio por los pecadores.

Al día siguiente pese a que le habían dicho que se quedaría en Tui, cual sería su sorpresa al escuchar de labios de la Madre Provincial, que tendría que volver a Pontevedra, cosa que no haría hasta cinco días después, debido a la falta de transporte, llegó a Pontevedra en la tarde del día 9 de octubre de 1934, en una camioneta militar, al llegar como no la esperaban no querían dejarla entrar en el convento.

En abril de 1937 fue llamada a Tui, debido a la enfermedad de la Madre Monfalim, cumpliendo el encargo de ir a mandar un telegrama al Papa, informando de la gravedad del estado de la Madre, cuando regresó al lecho esta ya había muerto, como última voluntad pidió que no mandasen a Pontevedra a sor Lúcia, pero terminado el sepelio y los días de luto, fue enviada de nuevo.

La nueva superiora general Mar del Carmen Corte Real, se extrañó de no ver en Tui a Lucía y ordenó que regresase a Tui y que no fuese enviada de nuevo a Pontevedra. Por lo que desde diciembre de 1937 permaneció en Tui, hasta que regresó en 1946 a Portugal.

Con gran dolor recibió la noticia de la muerte de su madre biológica María Rosa, por una

llamada de una hermana, recibida e, 15 de julio de 1942, tras el sepelio, mucho lloró por no poder decirle su último adiós.

Debido a una infección cogida antes de su traslado al Carmelo de Coimbra, le tuvieron que arrancar sus dientes y poner una dentadura nueva, solo la entereza del dentista que la atendió pudo más y aunque le quitaban tres dientes cada vez, hasta poner la nueva postiza, ella lo supo llevar con entereza, con la misma que cuando le mandaron dormir en el cuarto de las escobas y fregonas, donde se puso con mucha fiebre y con riesgo de su vida.  Pero al menos el 25 de mayo de 1948, pudo por fin ingresar en el Carmelo y como tantas veces repetir:

-Es por Ti, Oh mi Buen Amado y Contigo abrazo la Cruz y bebo el Cáliz hasta consumir la última gota.

Pontevedra y Tui lugares donde la mayoría de los parroquianos la ignoraron, porque sus párrocos, no le dieron el valor que tenía, porque al maligno, le molesta la transmisión de la Gran Promesa, y ella supo llevarlo con entereza, humildad y solo algún día se cumplirá la promesa de Nuestra Madre: Un día mi Inmaculado Corazón Triunfará.

JOSE MOORE.

SISTER LUCIA'S SORROWS

The biography of Sister Maria Lucia of Jesus and of the Immaculate Heart, the name of Lúcia Rosa dos Santos, born in Aljustrel on March 28, 1907, is full of a number of setbacks that she experienced in life and if I am pressed, she also died.

The saints are saints, because of their heroic virtues and because they know with fortitude those setbacks that life often unjustly gives them.

Lúcia experienced that, from her earliest youth. Here I will give some examples:

When he was six years old when he was preparing to make his first communion, although he far exceeded the knowledge of the catechism, respect for his companions, the parish priest did not let him do it because he was not yet seven years old. He gave in when a priest, assistant to the parish priest, made him see that he was wrong with his position. But the days leading up to it he shed many tears about it.

When she was seven years old, performing the services of shepherdess, of the family livestock, she began to go to the field with the sheep, accompanied by three friends María Justino, Teresa Matías and María Rosa, in the spring of 2015, they saw three times a cloud over an oak tree, in the shape of a human person, she kept silent about it, but her friends did not.  Asked at home, she would just say that she didn't know what she had seen, but still her older sisters made fun of her, calling her a dreamer, when in fact she had said absolutely nothing about it.

On August 10, 1917, he had to appear with his cousins before the Administrator (Mayor) of Ourém, who, wanting to get information from them, threatened them with death, how far he was going to go is not known, but the prisoners of the prison, if they took him seriously, even prayed a rosary with them, but the people threatened to riot against him.  so he released them. But they suffered a lot those days.

In 1918, her mother, Maria Rosa, became ill with a high risk of death, the sisters blamed her unjustly, telling her that she had become so ill because of the displeasure of the Apparitions theme. Lucia, with great disgust in her childish heart, went alone to Cova da Iria and prayed a rosary on her knees, asking for her mother's healing, when she returned she felt much better. Going so far as to overcome the disease.

When they were going to take her on June 13, 1921, to the school of Vilar de Porto, she had a very hard time, she knew how to separate from her mother, she asked to stay three more days, so she did not make the transfer until the 15th, the first setback, on the way to the asylum, was to receive the order that from now on instead of Lúcia she would be called Dolores,  it was difficult for him to adapt to that name, even the apron had the initial "L" embroidered on it, when someone asked him about it, he said that it had been passed to him by a neighbor of a daughter. However, she suffered everything with fortitude and offered pain to the Lord. This was not the only pain caused by the name, the school management prevented her from taking the baccalaureate exams, although she was prepared for them, but since at the Arcediago Van Zeller institute, to take the exam they required her to have an identification card, that meant discovering her identity, which is why she could not take them.

When on October 26, 1925, she was brought to Pontevedra, as a postulant to novice Dorothea, she suffered the setback that she would do so as an Auxiliary Sister, something that surprised even Mother Magalhaes, the same superior she had had in the Vilar and who knew her true identity, but it was what the Council of Mothers had decided and it was due to obedience.  The day after arriving, they put her to dig in the school garden, because as she was a peasant, they assumed that she was used to doing it, she had never picked up a hoe in her life and they soon realized it, so they put her to perform functions in the porter's office and in the dining room.

In each and every one of the troubles she prayed to the Lord: O Jesus, it is for Your Love, for the conversion of sinners and in reparation for the sins committed against the Immaculate Heart of Mary, Your Mother.

At the taking of the habit on October 2, 1928, he was mistakenly given the teachers' cross, instead of a smaller one that was given to the auxiliaries, but a short time later, he was forced to return the cross that had been wrongly given to him.

On that day she had several setbacks, the canon of Formigao, asked her to sign some pictures of the Virgin of Fatima, she did not want to do it, but the superior of Tui, ordered her to do it, when the Mother Provincial, found out, scolded her, when she had only fulfilled the order given by her Superior. Although the superior clarified the matter, the disgust did not end here, because a short time later she learned that the signed cards had been copied and they were being sold in Fatima, saying whose signature it was. Many tears were shed for this, when a priest informed her of what was happening in Fatima with the holy cards.

That was why he was increasingly anxious to enter the cloister, but everything was an obstacle to it. On the day of perpetual vows like Dorothea, she had joys and sorrows. On October 3, 1934, some relatives attended the ceremony, there she was able to meet a seminarian nephew named Manuel Pereira, also cousins she did not know, her mother was also present at the ceremony, but she had the feeling that it was the last time she would see her in this world.  That is why he asked her: Mother, do you now believe that what I saw in Fatima was true? And sadly she heard from his lips: "Oh, daughter! I don't know, it seems like such a big thing to me.

That day she spent the afternoon with her family, but she still had a thorn to stick, Mother Monfalim, asked that all those who had professed their vows that day, go to meet with them, in the refectory, another Sister told her and when she entered, the Mother Provincial, said despotically: "Sister "Dolores" was not invited to this meeting. She left and went to the chapel to pray and offer the offense received in suffrage for sinners.

The next day, despite the fact that he had been told that he would stay in Tui, what would be his surprise when he heard from the lips of the Mother Provincial, that he would have to return to Pontevedra, which he would not do until five days later, due to the lack of transport, he arrived in Pontevedra on the afternoon of October 9, 1934.  In a military van, when she arrived, as they did not expect her, they did not want to let her enter the convent.

In April 1937 she was called to Tui, due to the illness of Mother Monfalim, fulfilling the task of going to send a telegram to the Pope, informing of the seriousness of the condition of the Mother, when she returned to bed she had already died, as a last will she asked that Sister Lúcia not be sent to Pontevedra,  but after the burial and the days of mourning, she was sent again.

The new superior general, Mar del Carmen Corte Real, was surprised not to see Lucía in Tui and ordered that she return to Tui and that she not be sent back to Pontevedra. So from December 1937 he remained in Tui, until he returned to Portugal in 1946.

With great sorrow he received the news of the death of his biological mother María Rosa, by a call from a sister, received and, on July 15, 1942, after the burial, he cried a lot for not being able to say his last goodbye.

Due to an infection caught before her transfer to the Carmel of Coimbra, her teeth had to be pulled out and a new denture put on, only the integrity of the dentist who treated her was stronger and although they removed three teeth each time, until they put on the new one, she knew how to wear it with integrity, with the same as when they sent her to sleep in the room of brooms and mops,  where he became very feverish and risked his life.  But at least on May 25, 1948, he was finally able to enter Carmel and as he so often repeated:

"It is for You, O my Good Beloved, and with You I embrace the Cross and drink the Chalice until I consume the last drop.

Pontevedra and Tui places where most of the parishioners ignored her, because her parish priests did not give her the value she had, because the evil one is bothered by the transmission of the Great Promise, and she knew how to carry it with integrity, humility and only one day will the promise of Our Mother be fulfilled: One day my Immaculate Heart will Triumph.

JOSE MOORE.