QUE ES LA COMUNION REPARADORA DE LOS CINCO PRIMEROS SABADOS //WHAT IS THE COMMUNION OF REPARATION ON THE FIRST FIVE SATURDAYS?

En la aparición del 13 de julio de 1917, Nuestra Señora después de mostrarles a Lucía, Francisco y Jacinta en Cova de Iría, el horror del infierno les dijo lo que se conoce como “La Gran Promesa” que, volvería más tarde para pedir Ia Consagración de Rusia a su Inmaculado Corazón y la Comunión reparadora de los Primeros Sábados de Mes. 

El 10 de diciembre de 1925, cuando la joven Lúcia (18 años), daba sus primeros pasos como novicia Dorotea, en el colegio de Pontevedra, esa noche en su celda del segundo piso, se le iluminó, mientras rezaba de rodillas, alzó la mirada y contempló suspendidos en el aire, a la Virgen y al Niño Jesús, a una distancia tan corta, que maternalmente la Madre le pone su mano izquierda posado suavemente sobre su hombro izquierdo. Mientras en la mano derecha le mostraba su Inmaculado Corazón rodeado por una corona de espinas.

Al momento es el Niño quien le dice: -Ten compasión del Corazón de tu Madre Santísima, cubierto de espinas que los hombres ingratos en todos momentos le clavan, sin que nadie haga ningún gesto de desagravio por arrancárselas.

Al momento toma la palabra la Madre y repite las palabras de su Hijo: -Mira hija mía, mi Corazón rodeado de espinas que los hombres ingratos, continuamente me clavan con sus ingratitudes y pecados. Tú al menos procura consolarme y di a TODOS, que quienes, durante CINCO MESES, en el primer sábado de cada uno de

ellos, reciban la Sagrada Comunión, recen el Santo Rosario y hagan quince minutos de compañía a una de mis imágenes, meditando los misterios para desagraviar las ofensas y pecados, Yo prometo asistirle a la hora de la muerte, con las gracias necesarias para llevar sus almas al cielo.

Dos meses después, el 15 de febrero de 1926, se le aparece el Niño Jesús en el patio del colegio, para preguntarle: -Has difundido por el mundo aquello que la Madre te pidió.

Lúcia, le mostró las dificultades que tenía para ella desde su humilde posición hacerlo. Jesús le dijo: -Es cierto se lo que te dijo tu confesor, pero basta con que él te dé permiso, y la madre lo divulga, para que todo sea creído.

Pero, así como su confesor mostro facilidades, su superiora se mostró arisca y amenazó con que tal vez tuviese que cesar en el Instituto Secular Doroteo.

Por ese tiempo se encontraba de paso en Pontevedra, un jesuita portugués llamado Francisco Rodríguez quien informado por Jose Pereira (confesor de Lúcia) se interesó por el caso, le pidió que repitiese lo que le habían pedido, ella lo hizo así y él le preguntó, porque sábado y porque cinco meses seguidos. A lo que humildemente le dijo, que eso no lo sabía. Tardaría en saberlo unos cuatro años más, la noche del 29 al 30 de mayo de 1930, estando en oración y meditando sobre la devoción de los cinco primeros sábados, el Niño Jesús, le hizo ver la respuesta de porque:

Sábado por ser el DÍA CONSAGRADO a la Virgen y cinco, por los pecados contra su Inmaculado Corazón: PRIMERO.- Como consuelo por las blasfemias vertidas contra su Inmaculado Corazón. SEGUNDO.- Como desagravio contra los que niegan su virginidad perpetua. TERCERO.- Por los que niegan su maternidad divina. CUARTA.- Por aquellos que infunden en los niños, indiferencia, desprecio e incluso odio hacia la Madre Inmaculada. QUINTA.- Por aquellos que insultan, dañan ofensivamente a sus sagradas imágenes.

De su original celda, apenas una palangana, un camastro, un rincón para la ropa, pasó a ser una modesta capilla, para poder sentirse recogido en oración, ha ser ya una capilla con capacidad para casi cien personas, para poder acoger a los muchos peregrinos, que con tanta fe se acercan dando testimonio, llegados de paises tan lejanos  como recónditos lugares de Asia y América, a los

más ancestrales del África profunda. Que quieren empaparse en las palabras transmitidas por Nuestra Madre, que parece sentirse en un eco que retumba en lo profundo de nuestro corazón, divúlgame, divúlgame... para que muchos eviten el infierno, ese mismo infierno que vieron los niños aquel ya lejano en el tiempo 13 de julio de 1917, para dejar escapar de sus infantiles labios un OHH profundo de dolor, que marcaria sus vidas y las de los que tuvieron la dicha de ver como unos niños de 7, 8 y 9 años, no fingían para nada esa expresión, veían lo que veían y no quisieran ver. De las palabras de Jesús a sus apóstoles: Ya quisieran los sabios y entendidos ver los vosotros veis, por eso soy dichosos.

Es triste ver que, mientras gentes de distintas y lejanas partes del mundo, se acercan al lugar donde la Virgen hizo una parte de la Gran Promesa, (La otra parte fue en Tui) personas de la propia ciudad, pese a ser esta de poco tamaño, la ignoren y no muestren el mínimo interés por ello, quizás, porque en un diabólico celo eclesial, los párrocos de la ciudad no quieran o no sepan transmitir la importancia que es esta Devoción Reparadora, que para los que somos creyentes es un salvoconducto hacia el cielo.

En fín, al final cada uno sabe lo que sabe, que siempre es menos de lo que cree.

JOSE MOORE

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In the apparition of July 13, 1917, Our Lady, after showing Lucia, Francisco and Jacinta in Cova da Iria, the horror of hell told them what is known as "The Great Promise" that she would

return later to ask for the Consecration of Russia to her Immaculate Heart and the Communion of Reparation on the First Saturdays of the Month.

On December 10, 1925, when the young Lúcia (18 years old), took her first steps as a novice Dorotea, at the school of Pontevedra, that night in her cell on the second floor, she was illuminated, while praying on her knees, she raised her gaze and contemplated suspended in the air, the Virgin and the Child Jesus, at such a short distance,  that maternally the Mother places her left hand gently placed on her left shoulder. While in his right hand he showed him his Immaculate Heart surrounded by a crown of thorns.

At once it is the Child who says to her: "Have compassion on the Heart of your Blessed Mother, covered with thorns that ungrateful men at all times pierce her, without anyone making any gesture of reparation for tearing them off.

At once the Mother took the floor and repeated the words of her Son: "Look, my child, my Heart surrounded by thorns that ungrateful men continually pierce me with their ingratitude and sins. You at least try to console me and tell ALL, that who, for FIVE MONTHS, on the first Saturday of each of the

If they receive Holy Communion, pray the Holy Rosary and keep one of my images with me for fifteen minutes, meditating on the mysteries to make amends for offenses and sins, I promise to assist them at the hour of death, with the necessary graces to take their souls to heaven.

Two months later, on February 15, 1926, the Child Jesus appeared to her in the schoolyard, to ask her: "Have you spread throughout the world what the Mother asked of you?"

Lúcia, showed her the difficulties that she had for herself from her humble position to do so. Jesus said to her, "I know what your confessor told you, but it is enough for him to give you permission, and the mother divulges it, for everything to be believed."

But, just as her confessor showed ease, her superior was surly and threatened that she might have to leave the Dorotheus Secular Institute.

At that time a Portuguese Jesuit named Francisco Rodríguez was passing through Pontevedra who, informed by Jose Pereira (Lúcia's confessor) was interested in the case, asked her to repeat what they had asked her, she did so and he asked her, why Saturday and why five months in a row. To which he humbly told him, that he did not know that. It would take him about four more years to find out, on the night of May 29 to 30, 1930, while in prayer and meditating on the devotion of the five first Saturdays, the Child Jesus, made him see the answer of why:

Saturday because it is the DAY CONSECRATED to the Virgin and five, for sins against her Immaculate Heart: FIRST.- As consolation for the blasphemies poured out against her Immaculate Heart. SECOND.- As reparation against those who deny their perpetual virginity. THIRD: By those who deny their divine motherhood. Fourth: For those who instill in children indifference, contempt, and even hatred towards the Immaculate Mother. Fifth: By those who

insult, offensively damage their sacred images.

From its original cell, just a basin, a cot, a corner for clothes, it became a modest chapel, to be able to feel recollected in prayer, to be able to be a chapel with a capacity for almost a hundred people, to be able to welcome the many pilgrims, who with so much faith come giving testimony, coming from countries as far away as remote places in Asia and America,  to the most ancestral of deep Africa. Who want to soak up the words transmitted by Our Mother, who seems to feel an echo that reverberates in the depths of our hearts, divpulate me, divúlme... so that many avoid hell, that same hell that the children saw that already distant in time July 13, 1917, to let escape from their childish lips a deep OHH of pain, which would mark their lives and those of those they had the joy of seeing as children of 7, 8 and 9 years old,  they did not feign that expression at all, they saw what they saw and did not want to see. From the words of Jesus to his apostles: "The wise and understanding would like to see what you see, therefore I am blessed."

And in the end everyone knows what they know, which is always less than we think

It is sad to see that, while people from different and distant parts of the world, approach the place where the Virgin made a part of the Great Promise, (the other part was in Tui) people from the city itself, despite being small, ignore it and do not show the slightest interest in it, perhaps,  because in a diabolical ecclesial zeal, the parish priests of the city do not want or do not know how to transmit the importance of this Reparative Devotion, which for those of us who are believers is a safe conduit to heaven.

In short, in the end everyone knows what they know, which is always less than we think

JOSE MOORE