EL CONFLICTO DEL LÍBANO//THE LEBANON CONFLICT
El principal motivo, de la problemática interna libanesa, pasa sobre todo por la compleja Constitución que ampara al “País de los Cedros”, en la que entran en
juego diversos factores: Religión, Bloques Políticos, Campos de Refugiados, etc. Lo cual conduce al país a una fragmentación interna, con fuertes enfrentamientos entre las comunidades del mismo.La religión juega un papel muy
importante, dado que los porcentajes de población que engloban las distintas religiones
influyen en el reparto de escaños del Parlamento libanés. Los cristianos (la mayoría
maronitas) con una ratio de un 40% de la población, superados por los
musulmanes, pero hay que tener en cuenta que estos, a su vez se subdividen entre los chiitas, sunitas y
drusos, muy distantes entre si. Hay otras religiones presentes en el país, como los judíos,
greco-ortodoxos, catolicos.
Esta escisión étnica produjo divisiones de calado, que se materializaron en las dos guerras civiles la de 1958 y la que tuvo lugar entre 1975 y 1990.
Hoy los partidos políticos se
engloban en dos grandes bloques: El 14 de marzo y el 8 de marzo, a su
vez diferenciados por la religión que profesan:
Los de etnia chií, con los
movimientos armados de Amal y de Hezbollah, en otra época enfrentados entre sí.
Amal con tendencia laicista y Hezbollah, más religiosa y dependiente de las
fatwas emitidas por el líder religioso y político de Irán, Ali Akbar Jamenei.
Los cristianos formados por la
Falange libanesa, el Bloque Nacional, Las Fuerzas Libanesas y Libertad patriótica,
este último en determinadas ocasiones se alinea con el bloque chií.
Los sunnitas estan amparados por
el Movimiento Nasserista Independiente y el partido Baath.
Los drusos el Partido Progresista
Socialista.
El líder de cada partido
pertenece a antiguas familias feudalistas libanesas, que van transmitiendo el liderazgo
de padres a hijos.
El Parlamento está compuesto por 128 diputados con una división de un 50% cristianos y el otro 50% musulmanes, tal como fue firmado en los Acuerdos de Taif de 1989, aunque la Constitución data de 1926. Estos acuerdos mantienen que la figura del Presidente recae en un cristiano maronita, la del Primer Ministro en un musulmán sunnita y la del presidente del Parlamento en un musulmán chiita. Desde el fin del mandato de Michel Aoun en 2022, el país no tiene un presidente electo.
Si ya de por sí, la cosa resultaba bastante enrevesada para el orden público, con la Guerra de los Seis Días (1967), se complica con la llegada de un masivo éxodo de palestinos al Líbano, que se fueron asentando en distintos Campos de Refugiados, que con los Acuerdos del Cairo de 1979, adquirieron un cierto status de independencia dentro del país, con su propia fuerza de seguridad interna, sin que ni policía ni ejército libanés, pueda acceder a estos Campos. Lo que le convierte en un refugio para delincuentes y terroristas, como quedó patente en 2007, cuando asaltaron el Banco Nacional de Beirut, dirigidos por Shaker al-Absi, fundador del grupo Jund al Sad.
Desde su creación en 1982 por Irán, Hezbollah se constituyó a sí mismo como una Fuerza de Resistencia, con estatus de ser un Estado dentro de otro Estado. Lo demostró cuando el 12 de julio de 2006 atacó, en la Blue Line, a una patrulla del ejército israelí,, matando a ocho soldados y secuestrando a dos (Edad Reguev y Ehud Golwasa) quienes terminarían muriendo en cautiverio. El Grupo Armado presentó fuerte oposición al ejército hebreo, produciéndole 128 bajas mortales, aunque la ofensiva israelí produjo unas mil trescientas víctimas libanesas y la destrucción de más de 15.000 viviendas. Sin embargo, según se desprende del llamado Informe Winograd, ninguno de los objetivos que pretendía Israel fueron alcanzados. (Recuperar los rehenes y acabar con la fuerza de Hezbollah).
La contienda de 2006, lo único que logró es que más de diez millones de libaneses marcharan del país, la mayoría cristianos y que hoy la etnia chiita sea la que intenta marcar las riendas del país. Hezbollah hoy por hoy es más fuerte que el propio ejército regular libanés (LAF) y todos los intentos gubernamentales por desarmarlo fracasaron.
Con el actual enfrentamiento entre ambas fuerzas y las operaciones del ejército de Israel, Líbano, se acerca cada vez más a ser un estado fallido, sometido al vaivén de los designios marcados por Hezbollah, cuyos hilos son movidos por Teherán y a las represalias del país vecino, cuyo primer ministro desoye las peticiones internacionales de limitar su operación de castigo.
Para las tropas de UNIFIL (cascos azules), la situación no es la más idónea, en medio de dos fuegos, pero esa es su misión ser una Fuerza de intercesión, entre uno y otro, algunos mandatarios europeos, están pidiendo que en lugar de Fuerza de Intercesión, sea una Fuerza de Imposición, dado que le daría legitimidad para el uso de la Fuerza, sobre todo desde que hace dos días carros israelíes se introdujeron por la fuerza en una de las posiciones de UNIFIL.
Jose Moore
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The main reason for Lebanon's internal problems is above all the complex Constitution that protects the "Land of Cedars", in which they enter into the various
Religion plays a very important role, since the percentages of the population that encompass the different religions influence the distribution of seats in the Lebanese Parliament. Christians (mostly Maronites) with a ratio of 40% of the population, surpassed by Muslims, but it must be taken into account that these, in turn, are subdivided into Shiites, Sunnis and Druze, very distant from each other. There are other religions present in the country, such as Jews, Greek Orthodox, Catholics.
This ethnic split produced major divisions, which materialised in the two civil wars, the one in 1958 and the one that took place between 1975 and 1990.
Today the
political parties are grouped into two large blocks: March 14 and March 8, in
turn differentiated by the religion they profess:
The ethnic Shiites, with the armed movements of Amal and Hezbollah, once at odds with each other. Amal with secularist tendencies and Hezbollah, more religious and dependent on the fatwas issued by Iran's religious and political leader, Ali Akbar Khamenei.
The Christians formed by the Lebanese Phalange, the National Bloc, the Lebanese Forces and Patriotic Freedom, the latter on certain occasions aligns itself with the Shiite bloc.
The Sunnis are protected by the Independent Nasserist Movement and the Baath party.
The Druze the Progressive Socialist Party.
The leader of each party belongs to former Lebanese feudalist families, who pass on leadership from father to son.
The parliament is composed of 128 deputies with a division of 50% Christian and 50% Muslim, as signed in the Taif Accords of 1989, although the constitution dates from 1926. These agreements maintain that the figure of the President falls to a Maronite Christian, that of the Prime Minister to a Sunni Muslim and that of the President of Parliament to a Shiite Muslim.
If things were already quite convoluted for public order, with the Six-Day War (1967), it was complicated by the arrival of a massive exodus of Palestinians to Lebanon, who settled in different Refugee Camps, which with the Cairo Accords of
Since its creation in 1982 by Iran, Hezbollah has constituted itself as a Resistance Force, with the status of being a state within a state. He demonstrated this when on July 12, 2006, he attacked, on the Blue Line, an Israeli army patrol, killing eight soldiers and kidnapping two (Edad Regev and Ehud Golwasa) who would end up dying in captivity. The Armed Group presented strong opposition to the Hebrew army, causing 128 fatalities, although the Israeli offensive produced some 1,300 Lebanese victims and the destruction of more than 15,000 homes. However, according to the so-called Winograv Report, none of the objectives sought by Israel were achieved. (Recover the hostages and end Hezbollah's strength).
The 2006 conflict only managed to get more than ten million Lebanese to leave the country, most of them Christians, and today the Shiite ethnic group is the one
trying to mark the reins of the country. Hezbollah today is stronger than the Lebanese regular army (LAF) itself and all government attempts to disarm it failed.With the current confrontation between the two forces and the operations of the Israeli army, Lebanon is getting closer and closer to being a failed state, subject to the swings of the designs set by Hezbollah, whose strings are pulled by Tehran and to the reprisals of the neighbouring country, whose prime minister ignores international requests to limit its punitive operation.
For the
UNIFIL (blue helmes) troops, the situation is not the most ideal, in the middle of two fires,
but that is their mission to be an intercessory force, between one and the
other.
Jose Moore
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