JOSE LUIS MONTERDE, EL HEROE ESPAÑOL DE LOS BALCANES//JOSÉ LUIS MONTERDE, THE SPANISH HERO OF THE BALKANS.
La cruenta guerra de los
Balcanes, donde periodistas como Arturo Pérez Reverte y Eduardo Roczas,
estuvieron de corresponsales, viviendo de primera mano las
crueles represalias
de unos y otros bandos, tuvo en diversos momentos un cierto protagonismo español,
catalogado por muchos como de heroicidad, como el protagonizado por el teniente
Monterde en Bosnia o el segundo teniente británico James Blunt en Kosovo.
Recién tomado el relevo y cuando
aún no llevaban ni medio mes de misión de Naciones Unidas (como cascos azules).
Formando parte de la Agrupación Táctica Canarias, el teniente de infantería
José Luis Monterde Maldonado, iba al mando de una patrulla de reconocimiento,
con cinco vehículos blindados del Tercio de la Legión, había salido en la
madrugada de Jablanica en dirección hacia Sarajevo, ciudades de Bosnia y
Herzegovina. Sus órdenes eran la de comprobar el estado de las carreteras y de
la situación de seguridad en la zona.
Rebasada la localidad bosniaca de
Konjic, se encontraron con la carretera bloqueada y un nutrido grupo de
personas entre ellos, mujeres, ancianos y niños croatas, que huían
despavoridas, de las huestes de muyahidines islámicos, que acababan de arrasar
la localidad de Radesine, donde realizaron una gran masacre, pero ellos
consiguieron escapar.
Los guerrilleros ataviados con sus pañuelos
verdes, se hacían llamar los Cisnes negros, estaban ávidos de sangre y los
querían masacrar también, pero habían encontrado una “tabla de salvación” y
buscaron refugio tras esos cinco vehículos blindados en los que viajaban
treinta y cinco militares españoles, bajo el mando del teniente Monterde.
Monterde por mediación de un intérprete,
quiso negociar con Sulman el jefe de los muyahidines, pero este no se avenía a
razones, sus guerrilleros superaban en número
a los españoles, estaban bien armados incluso con lanzagranadas contra carro
RPG-7. Sulman le contestó que si en dos minutos no los entregaban los pasarían
a cuchillo a todos incluidos a los militares españoles, haciendo al mismo
tiempo un gesto de degüello sobre su garganta.
El teniente dijo que eso no lo
permitiría, sus hombres ya habían adoptado la posición de combate, establecido
los principales blancos a batir, con los fusiles y las ametralladoras de las
que disponían los vehículos. Tras un tenso tira y afloja y a pesar de que un
superior por radio le había dicho, que entregase a la gente, que esa no era su
misión, ni su guerra. Pero él se mantuvo firme y después de mucho tiempo
negociando y sin recibir refuerzos, consiguió que Sulman ordenase a su gente
retirarse de la zona. Una vez que eso ocurrió, los soldados tuvieron un gesto
más, repartir sus raciones de previsión de comida entre las personas a las que
habían salvado de una muerte cierta.
La nobleza de este teniente fue tal, que a pesar de que esta gesta hizo correr ríos de tinta y que mereció el reconocimiento de ser unos verdaderos héroes de labios
del portavoz en Sarajevo de las Fuerzas de Protección de la ONU para la antigua Yugoslavia, Barry Frewer. En ninguna de ellas comentó quien fuera su superior que le había dado la orden de retirarse. Orden que no había acatado, pese la inferioridad numérica, tener bloqueada por un lado la carretera y por otro el rio Neretvat.He leído en varios sitios esta
gesta, incluso corrió como la pólvora, por Whats App, con motivo del 31
aniversario de estas efemérides, pero me quedaría con un resumen de lo que
siendo ya teniente coronel escribió el propio protagonista a petición del
general Rafael Dávila Álvarez.
Monterde afirma que: Cuando se
hacen varias misiones, sobre todo si son en distintos escenarios siempre se
recuerda, con especial énfasis la última de ellas. Pero en su caso lo acaecido
en Konjic a los pies del Neretva en aquel día de abril de 1993, viendo aquellas
indefensas personas, cuyo único refugio era él y sus hombres nunca se le borró
de su cabeza.
A nuestro primer despliegue en
el Kurdistán sucedió Bosnia, Kosovo, Iraq, Afganistán, Somalia, Líbano, Mali o
República Centroafricana. Los tenientes de las misiones de Bosnia de ayer son
los teniente coroneles en las misiones de Afganistán de hoy. Mas viejos y más
experimentados y también en algunos casos algo distintos. No obstante, en
muchos aspectos cuando echo la vista atrás, pienso que nada ha cambiado y que
sigo siendo el mismo teniente que una mañana de abril de 1993 salía de misión
con una sección de legionarios reforzada con paracaidistas: siempre tendré una
misión que cumplir junto con personal y medios para ejecutarla.
Muchas veces un líder no lo es
solo por el empleo que ostenta o por la edad que tiene, lo es por que reúne un
conjunto de cualidades que harán que sus hombres lo sigan sin condiciones Que
como me dijo uno de mis viejos Cabos legionarios cuando otro día y en otra
situación difícil nos vimos en las últimas: “mi Teniente que sepa que estamos
con usted hasta la muerte”.
Hombres como el teniente Monterde
y el grupo de nutridos soldados que lo acompañaban en aquella álgida primavera
de abril de 1993, son los que engrandecen al ejército español. Alguien dijo de
Rodrigo Diaz de Vivar (El Cid) ¡Oh que buen vasallo, si tuviese buen señor!
JOSE MOORE
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The bloody war in the Balkans, where journalists such as Arturo Pérez Reverte and Eduardo Roczas, were correspondents, experiencing first-hand the cruel reprisals of both sides, had at various times a certain Spanish prominence, classified by many as heroic, such as that of Lieutenant Monterde in Bosnia or British Second Lieutenant James Blunt in Kosovo.
Just taken over and when they had not even been
on a United Nations mission for half a month (like blue helmets). As part of
the Canary Islands Tactical Group, infantry lieutenant José Luis Monterde
Maldonado, was in command of a
reconnaissance patrol, with five armoured
vehicles of the Tercio de la Legion, had left Jablanica in the early hours of
the morning in the direction of Sarajevo, cities in Bosnia and Herzegovina. His
orders were to check the state of the roads and the security situation in the area.
Passing the Bosnian town of Konjic, they found
the road blocked and a large group of people, including Croatian women, elderly
and children, who were fleeing in terror from the hosts of Islamic mujahideen,
who had just razed the town of Radesine, where they carried out a great
massacre, but they managed to escape.
The
guerrillas dressed in their green handkerchiefs, called themselves the Black
Swans, were greedy for blood and wanted to massacre them too, but they had
found a "lifeline" and sought refuge behind those five armored
vehicles in which thirty-five Spanish soldiers were traveling, under the
command of Lieutenant Monterde.
Monterde, through an interpreter, wanted to
negotiate with Sulman, the leader of the mujahideen, but he could not agree to
reason, his guerrillas outnumbered the Spaniards, they were even well armed
with grenade launchers against RPG-7 tanks. Sulman replied that if they did not
hand them over within two minutes they would put them to the sword, including
the Spanish military, making a gesture of slitting their throats at the same
time.
The lieutenant said that he would not allow
that, his men had already adopted the fighting position, established the main
targets to be beaten, with the rifles and machine guns that the vehicles had.
After a tense tug-of-war and despite the fact that a superior had told him on
the radio, that this was not his mission, nor his war. But he stood his ground
and after a long time of negotiation and without receiving reinforcements, he
got Sulman to order his people to withdraw from the area. Once that happened,
the soldiers had one more gesture, distributing their rations of food among the
people they had saved from certain death.
The nobility of this lieutenant was such that
despite the fact that this feat caused rivers of ink to flow and that he
deserved the recognition of being true heroes from the lips of the spokesman in
Sarajevo of the UN Protection Forces for the former Yugoslavia, Barry Frewer.
In none of them did his superior comment that he had given him the order to
leave. An order that he had not complied with, despite the numerical
inferiority, had the road blocked on one side and the Neretvat River on the other.
I have read this feat in several places, it
even spread like wildfire, on Whats App, on the occasion of the 31st
anniversary of these anniversaries, but I would stay with a summary of what the
protagonist himself wrote when he was already a lieutenant colonel at the
request of General Rafael Dávila Álvarez.
Monterde states that: When you do several
missions, especially if they are in different scenarios, you always remember,
with special emphasis on the last of them. But in his case, what happened in
Konjic, at the foot of the Neretva on that day in April 1993, seeing those defenseless
people, whose only refuge was him and his men, was never erased from his mind.
Our first deployment in Kurdistan was followed
by Bosnia, Kosovo, Iraq, Afghanistan, Somalia, Lebanon, Mali and the Central
African Republic. The lieutenants of yesterday's Bosnian missions are the
lieutenant colonels in today's Afghanistan missions. Older and more experienced
and also in some cases somewhat different. However, in many respects when I
look back, I think that nothing has changed and that I am still the same
lieutenant who one morning in April 1993 left on a mission with a section of
legionnaires reinforced with paratroopers: I will always have a mission to
carry out along with the personnel and means to execute it.
Muchas veces un líder no lo es
solo por el empleo que ostenta o por la edad que tiene, lo es por que reúne un
conjunto de cualidades que harán que sus hombres lo sigan sin condiciones Que
como me dijo uno de mis viejos Cabos legionarios cuando otro día y en otra
situación difícil nos vimos en las últimas: “mi Teniente que sepa que estamos
con usted hasta la muerte”.
Men like Lieutenant Monterde and the group of
large soldiers who accompanied him in that peak spring of April 1993, are the
ones who make the Spanish army great. Someone said of Rodrigo Díaz de Vivar (El
Cid) Oh, what a good vassal, if he had a good lord!
JOSE MOORE
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